¿Cómo sanar las heridas del pasado con psicoterapia?
Hay determinados casos en terapia en los que, cuando una persona nos pide ayuda por un problema actual, es importante explorar junto a ella el significado subjetivo de lo que le está ocurriendo, con el objetivo de que el paciente se dé cuenta y comprenda como se fue formando su propio “guion de vida” que le ha llevado probablemente a tomar decisiones, sentirse a sí mismo/a y relacionarse con los demás de una determinada manera.
Con la psicoterapia, se trata de explorar junto al paciente qué le ocurrió, cómo se desarrolló, en qué contexto, cuáles fueron sus miedos, intuiciones, expectativas, comportamientos, cómo se sentía con respecto a sus cuidadores principales, en quien podía confiar. Es decir, el para qué de sus comportamientos de entonces que probablemente se estén repitiendo en su vida actual.
A menudo este análisis revela la existencia de experiencias históricas y de rupturas relacionales del pasado, que se están repitiendo en la vida presente de nuestro cliente, incluso que pueden estar repitiéndose en la relación con el terapeuta.
El objetivo de la psicoterapia en estos casos, es acompañar al paciente en la comprensión del origen de su sufrimiento y como se ha mantenido en el tiempo, ayudándole a crear nuevos patrones de pensar, sentirse y comportarse que le aporten bienestar. Esta orientación se conoce como psicoterapia de perspectiva integradora o psicoterapia integradora, donde se utilizan técnicas tanto de orientación cognitivo-conductual junto con técnicas emocionales de orientaciones como Gestalt o Análisis Transaccional.
En este tipo de terapia, acompañamos al paciente a explorar sus esquemas vitales, divididos en niveles, que se han ido creando y fortaleciendo a lo largo del tiempo:
Acompañar a nuestro cliente en la exploración de su propio esquema de los 5 niveles, le ayuda a entender la coherencia dentro de cada nivel y la congruencia entre todos ellos, que genera su perpetuidad en el tiempo.
Es a través de esta exploración como las personas comienzan a darse cuenta de cómo comenzaron a construir su sentido de sí mismos, del mundo y de los demás, a través de lo que fueron conformando sus decisiones a lo largo de su vida y que les ha llevado a ser quienes son en la actualidad, comportándose, sintiendo y pensando como lo hacen.
El entender que paso allí y entonces y prestar atención a lo que está pasando aquí y ahora.
- ¿Qué se vio obligado a negar o a hacer para que le siguieran queriendo?
- ¿Qué estrategias relacionales y de regulación del afecto tuvo que adoptar para mantener el nexo de apego?
- ¿Qué emociones tuvo que aprender a reprimir?
- ¿Cuáles eran premiadas? ¿Cuáles castigadas?
- ¿Cómo debía comportarse para ser visto?…
El objetivo de la terapia
El objetivo de la terapia en estos casos es ayudar al paciente a desarrollar un nuevo esquema de 5 niveles, de abajo arriba, es decir, que la persona desarrolle una base segura interna que le facilite la integración de nuevas emociones, sensaciones, pensamientos y conductas con un sentido y significado propio para él/ella.
Si conseguimos que la persona disponga de una nueva coherencia interna en cada uno de los niveles y una congruencia entre ellos desde una posición saludable y no dañina para la persona, nuestro paciente habrá conseguido el cambio y que éste sea duradero.