Trastorno dismórfico corporal
Preocupación por los defectos físicos
El trastorno dismórfico corporal (TDC) es un tipo de trastorno que el manual diagnóstico para los trastornos mentales DSM-V incluye en la “familia” de trastornos obsesivo-compulsivo.
Se caracteriza porque las personas que lo sufren pasan mucho tiempo centradas en la percepción de sus defectos o en pensar sobre los mismo y la forma de ocultarlos. El tiempo dedicado a estos pensamientos negativos y conductas de evitación puede interferir en su calidad de vida y la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias.
Las personas con TDC desarrollan un sesgo atencional centrado en la percepción de sus defectos, que a menudo pasan inadvertidos para los demás. El síntoma principal asociado con el TDC son los pensamientos obsesivos sobre el aspecto físico. Estos pacientes no pueden controlar los pensamientos negativos sobre su aspecto físico, a pesar del deseo de hacerlo, lo que les provoca ansiedad y un deterioro considerable en su vida cotidiana.
Estas personas suelen pasar horas cada día centrados en los defectos que han identificado. En general, tienen baja autoestima y tendencia a evitar situaciones sociales, ya que temen que los demás perciban sus defectos, que para ellos son evidentes. En los casos más graves, llegan a aislarse socialmente, debido a que no se atreven a salir del domicilio por temor a ser vistas, juzgadas o ridiculizadas por los demás.
Se observan con frecuencia en pacientes con TDC los siguientes comportamientos que sirven para bajar su ansiedad a corto plazo, pero que a medio largo plazo agravan la situación:
- Camuflarse, con exceso de maquillaje o con ropa o peinados que cubran su “defecto”, etc.
- Compararse con los demás. Con frecuencia pueden preguntar a los demás si se ven bien o pueden insistir continuamente en el hecho de que son feos o comentarios reiterados sobre su “defecto.
- Solicitar recurrentemente cirugía. Nunca llegan a estar conformes con su imagen y cuando consiguen realizar una cirugía en una parte de su cuerpo, comienzan a ver otros defectos que les lleva a intentar nuevas operaciones.
- Comprobar y analizar su aspecto físico delante de un espejo. Algunos pacientes se sienten atraídos por los espejos y comprueban de manera excesiva los defectos que han encontrado.
- Hurgarse la piel.
- Realizar una limpieza excesiva de su cuerpo.
- Hacer ejercicio de manera excesiva.
- Cambiarse de ropa con frecuencia.
- Broncearse de manera excesiva.
- Ir de compras de manera excesiva
Tratamiento
Es la terapia cognitivo-conductual la primera opción de tratamiento psicológico para este trastorno. El objetivo de esta intervención es la identificación y el reconocimiento de los pensamientos poco saludables acerca de si mismo, así como la eliminación de conductas que lo mantienen. Para lograr estos objetivos, las técnicas a utilizar son:
Técnicas de reestructuración cognitiva El paciente aprende a reemplazar pensamientos y creencias negativas sobre su aspecto, para modificarlos por otros más funcionales.
Técnicas de exposición con prevención de respuesta, Gradualmente se va exponiendo la persona a diferentes estímulos temidos, de menor a mayor intensidad, impidiendo las conductas de escape, comprobación y evitación que realizaría ante los mismos. Se expone al paciente tanto a pensamientos, creencias y/o imágenes de su “defecto” físico.
Técnicas de relajación y control de estrés, para el control de ansiedad.
Si fuera necesario una segunda parte del tratamiento iría encaminada a aportar recursos personales al paciente como desarrollo de habilidades sociales, aumento de asertividad, autoestima etc.