Cocer o enriquecer

Imagino que al leer el título del post, alguna persona habrá recordado ese slogan que se hizo tan famoso hace años. «Con agua cueces, con avecrem enriqueces». Para los que no lo conocéis, os diré que hacía referencia a la necesidad de aportar algo más al simple hecho de cocer los alimentos. Se trataba de darles un toque especial, más sabor, mas aroma.

¿Podría ser éste un mensaje para aplicar en nuestras vidas, día a día, cada mañana al levantarnos? ¿Podría ser una pregunta lo suficientemente motivadora que nos ayudara a vivir la vida de otra manera?.

¿Qué impulsa a las personas a cocerse en su propia vida, apegándose a su rutina, a lo cotidiano, a no expresar sus emociones genuinas, a no ser uno mismo, aún cuando todo ello no le haga sentirse plenamente feliz? ¿Quizá sea por el grado de comodidad de lo predecible? ¿Quizá el miedo a lo desconocido que produce un abismo aterrador?, ¿es posible que se deba a una desconfianza básica en uno mismo que impide agarrar lo que necesitamos porque no nos sentimos capaces de conseguirlo?…

Uno de los aspectos fundamentales del ser humano es su capacidad de elección. Parece claro que la libertad de elección sobre lo que hacemos con lo que nos pasa en nuestra vida, pertenece a cada uno de nosotros. El ser humano es libre para poder decidir el impacto que tiene en su vida las cosas que le acontecen, aún las más difíciles de asimilar. Podemos elegir entre ser pasivos o luchar, vivir según nuestros códigos o adaptarnos a los de los demás, seguir una rutina o abrir nuevos horizontes. en definitiva, elegir si cocer o enriquecer.

Sonia Pérez Sala