Tratamiento para el TDAH
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una expresión persistente de dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Se suele dar antes de los doce años y en muchos casos los síntomas se notan desde los tres años de edad.
Síntomas del TDAH
Hay tres clases de manifestación de los síntomas:
- Falta de atención predominante: donde casi todos los síntomas están relacionados con falta de atención.
- Conducta hiperactiva e impulsiva predominante: donde la mayoría de los síntomas son de hiperactividad e impulsividad.
- Modo combinado donde se dan ambos (inatención e hiperactividad) a la vez.

¿En qué consiste la falta de atención?
- El niño no logra prestar atención a los detalles y comete errores por descuidos
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
- Parece no escuchar, aunque se le hable directamente a él
- No logra terminar las tareas que empieza o seguir instrucciones
- Evita las actividades que requieren concentración
- Pierde objetos con frecuencia como juguetes o material escolar
- Se distrae con muchísima facilidad
- Olvida hacer sus actividades del día a día
¿Qué es la hiperactividad y la impulsividad?
- Suele estar inquieto, se mueve en el asiento, da golpecitos con las manos y con los pies.
- Le cuesta en general estar sentado
- Se mueve todo el rato
- Va de un lado para otro
- Le cuesta hacer actividades que requieran estar tranquilo
- A veces hablan mucho
- Se apresura a la hora de responder
- Le cuesta esperar su turno
- Interrumpe con frecuencia
Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves, y pueden continuar hasta la edad adulta.
Los problemas que puede ocasionarle al niño son desde un bajo rendimiento académico hasta dificultades en sus relaciones sociales y problemas de autoestima.
Los síntomas pueden disminuir a medida que el niño va creciendo, aunque algunas personas nunca superan por completo sus síntomas, pero pueden aprender estrategias para tener éxito.
El tratamiento médico y psicológico mejora significativamente los síntomas.
La intervención consistiría en medicación que pautaría el pediatra del menor y tratamiento psicológico donde se realizarán intervenciones conductuales, aportando al niño las estrategias necesarias para compensar la sintomatología propia del TDAH.